
Después de dos años dando tumbos por ahí las pastillas de los frenos ya no eran la sombra de lo que fueron, por eso por fin me decidí a cambiarlos. Bueno, por eso y porque parece que la tienda de Bici o Con se traslada (no se muy bien a dónde) y está con alguna ofertilla que otra.
Le pedí a Bea que se pasara, ya que le quedaba de camino a unos recados que tenía pendientes. Después de una mañana y casi 30 euros ya están los frenos en casa. Como son compatibles he montado solamente los de la rueda delantera para ver si van y aunque aún no los he probado pintan bien. He tenido que ajustar de nuevo el cable del freno y el tornillo de profundidad de la zapata, porque tienen tanto ferodo que no entraban en el hueco que habían dejado los viejos. A primera vista la rueda agarra que da gusto, pero habrá que salir a la calle para verificarlo.
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