27 marzo, 2007

El último rey de Escocia

Esto es la Historia, más o menos.

Nando Salva, La Crítica

Hola amiguetes. Hacía unos cuantos días que no escribía, pero la excusa de la visita de Bea y la cena en casa me ayudan a justificarme.
La cosa es que cuando recordé El cine del 2006 a comienzos de año me planteé uno de esos nobles objetivos que pocas veces se cumplen: hacer crítica de todas las películas que viese en el cine este 2007. Como era de prever ya lo tenía medio abandonado, pero viendo ayer "Hotel Ruanda" en la tele me acordé de "El último rey de Escocia" y reuní fuerzas para esta entrada.

Siguiendo con la cita de La Crítica: Todo cineasta que decida filmar una tragedia basada en hechos reales, debe considerar que demasiada crudeza realista corre el riesgo de alienar a la audiencia, mientras que alejarse en exceso de lo que pasó realmente puede reducir su trabajo a un entretenimiento sentimentaloide, manipulador y esencialmente vacío. ´El último rey de Escocia´ camina sobre esta línea divisoria de forma algo renqueante.
Comparto totalmente este comentario, y creo que resume fielmente la película. La cosa empieza bien y parece que te van a contar la historia de la Uganda de Amin Dada (Forest Whitaker) usando como narrador a un recien titulado médico post-hippie que llega al país buscando aventuras.
El pipiolo es un bala-perdida y a la primera de cambio se nota que sus intenciones van poco más allá de la juerga madre. Tras convencer a su compañera -a la que también se beneficia, sin importarle que esté casada- Sarah Merrit (Gillian Anderson tcc Skully, que flaca estás) de ir a ver el mitin del nuevo lider golpista del país establece relación con él tras vendarle un esguince en un accidente de vaca-en-carretera. Los dos congenian -dos balas perdidas, tal para cual- y en poco tiempo el chico olvida su labor humanitaria para entrar en el círculo más íntimo del golpista. Gracias a esta proximidad puede ir contando qué va pasando con el país, pero desde este momento la película comienza a dar bandazos cada poco con la aparente intención de hacernos ver lo majara que está Amin Dada pero perdiéndose en algunos momentos. Por supuesto por en medio el pipiolo este se trajina a una de las mujeres del dictador, como era de esperar, e incluso parece responsabilizarse al saber que ella está embarazada, pero la cordura no le dura mucho, en buena medida ayudado por su amigo Dada.

Fue una buena película, en parte porque permite ver que la historia no sólo se puede contar siguiendo al gerente que salva cientos de Tutsis en su Hotel Rwanda, sin embargo creo que podía haber sido algo más. A pesar de esta crítica estoy convencido de que Forest Whitaker se ha llevado un Oscar muy merecido, pues borda un papel de megalómano de lo más interesante.
Lo dicho, una película muy recomendable -mejor ir con el estómago preparado- pero que no entra en mi Olimpo particular.

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