19 marzo, 2007

Cartas desde Iwo Jima

Sobre Cartas desde Iwo Jima se pueden hacer múltiples lecturas. La primera y la más clara dice relación al gran mérito que tiene el haber filmado una historia de guerra desde el bando contrario. A partir de un documentado guión, escrito por Iris Yamashita, Eastwood muestra a distintos personajes que participan en la defensa de Iwo Jima. El honorable general Kuribayashi, Saigo -un soldado que sólo quiere sobrevivir para poder conocer a su hija-, son sólo algunos de los protagonistas de este ambicioso y original proyecto, que busca dar una mirada a lo que ocurría al interior de las fuerzas niponas.

Pablo Azocar, Revista Mensaje

Hace ya tiempo de esta peli (la fuimos a ver el 28 de febrero de 2007), pero Paula ha incumplido la promesa de encargarse ella de la crítica y he decidido solucionarlo personalmente.


Me ha sorprendido buscando documentación para la crítica la cantidad de comentarios sobre el hecho de que sea uno de los bandos el que retrate al otro en esta película (al menos en la dirección). Supongo que es un hecho que sitúo tan en el pasado que no doy mérito a que alguien haya superado las rencillas para poder situarse en la piel del otro. Además he visto en esta película -y no soy el único- un alegato atemporal a la inutilidad de la guerra, y resulta más fácil plasmar esta inutilidad desde el punto de vista de los perdedores, como se puede apreciar si comparamos "Cartas desde Iwo Jima" con la anterior "Banderas de nuestros padres", a la que supera claramente.


La película cuenta la batalla de Iwo Jima a través de varios personajes, aunque centrándose en el general Tadamichi Kuribayashi (Ken Watanabe) que tiene que cargar con el marrón (este sí que es un buen marrón) de defender el primer punto de ataque en territorio japonés ante una invasión prevista pero contra la que el ejercito japonés ya no cuenta con medios y, como contrapunto, el soldado empanadilla de Móstoles Saigo (Kazunari Ninomiya), que ha sido reclutado forzosamente dejando atrás a su esposa embarazada, no cree en la guerra y se mete en problemas cada vez que trata de imponer la cordura sobre el pensamiento militar. No es de extrañar que finalmente estos dos personajes congenien rodeados de caos cuando el modelo honorable se desploma a su alrededor. Cada uno de estos protagonistas cuenta con un compañero (un soldado reclutado y un oficial de caballería ganador olímpico de equitación ... asociadlos vosotros) para darle la réplica.
El resto de personajes siguen creyendo en la ilusión de la victoria negando la obviedad de la situación real y anteponiendo el honor al sentido común, resultando tanto o maś enemigos que los americanos invasores.
Varios flash-backs muestran momentos personales del general anteriores a la guerra, durante un periodo de su formación militar en Estados Unidos, en los que se aprecia la admiración que en Japón despertaba el progreso americano.
Me pareció algo decepcionante el descubrimiento final de las cartas, ya que se intuye en secuencias anteriores y el momento resulta forzado, con un plano inferior de las cartas cayendo del envoltorio que las protegió durante décadas en una forma muy poco natural. He pensado muchas otras formas de contarlo que me parecen más acertadas y creo que colocando el paquete sobre una mesa, desenvolviéndolo y un "¡Son cartas!" hubiera resultado mucho más acorde a la narración general.

Es necesario mencionar que el hecho de haberla proyectado en japonés subtitulado no supone gran problema y a los pocos minutos apenas eres consciente de que no hablan tu idioma (a menos que acabes de despertarte de una cabezada ... Fran sabe de qué hablo), aunque hay que admitir que ayuda el poco diálogo que tiene la película; sin embargo la película en ningún momento se hace lenta.

Una película que narra acertadamente como la guerra deshumaniza a todos los que no son capaces de soportarla, permitiendo ver que en la linea de combate los buenos y los malos no se diferencian por el bando al que pertenecen, sino por lo capaces que son de mantener unos valores éticos ante una situación no-ética.



Por el momento tiene todas las papeletas para mejor película del año, y no creo que la situación vaya a cambiar.

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