05 enero, 2013

GPS al agua

Aprovechando el buen sábado que teníamos a la vista nos fuimos de senderismo Bea y yo a las tierras de Cerdedo.

Todo iba bien hasta que, tratando de colocar una piedra para pasar un cauce de agua veo que algo naranja baja por el regato. ¡Mi querido Magellan Triton 400! Me lancé como un poseso a por él, persiguiéndolo agua abajo, convencido de que si llegaba al río unos metros más adelante lo perdería para siempre.

Lo conseguí recuperar en una pequeña poza en que la corriente no consiguió empujarlo suficientemente, pero al momento se apagó.
¡Se ha fastidiado! Justo ahora que ando con problemas en la horquilla de la bici y además el día de Reyes.
Lo seco con la camiseta por fuera y le saco la tapa. Las pilas están secas. ¡Vaya! Pruebo a encenderlo y ¡Tachán! ¡Arranca!

Me he empapado el pie izquierdo, pero parece que el GPS se ha salvado. Después de superar el trauma, bajar los niveles de adrenalina y escurrir un poco el calcetín decidimos seguir el sendero.

La siguiente vez que miro el GPS tiene algo de humedad en la pantalla y al probar el cursor de navegación no responde bien. Parece que la alegría fue algo prematura.

Ahora mismo, ya en casa, el GPS descansa, con la tapa de la tarjeta SD abierta, dentro de un taper lleno de arroz, como recomiendan en la red para solventar estos incidentes. Me he planteado desatornillarlo para secarlo más a conciencia, pero prefiero esperar un par de días a ver si el arroz solo es capaz de obrar el milagro.

Habrá novedades. Espero que buenas.

No hay comentarios: