Una vez es noble, tres sería estúpido

¡He montado en globo!

Bueno, la verdad es que no diría que he montado en globo, porque no he llegado a la mitad de la altura de los postes que sujetan los focos de la pista de deportes principal del CUVI.
Todo empezó cuando Fran comentó que los chicos del BNG andaban de feria con un globo aerostático que llevaban allá donde iba su carpa y al que permitían subir para animar a la gente a acercarse (curiosa campaña la de estas municipales). Estuvimos buscando el globo el pasado fin de semana pero no hubo suerte y el tema quedó pendiente pero con poco futuro. El miércoles al salir de la biblioteca el iglú (la carpa es un conjunto de cúpulas y pasillos inchables de color blanco) del BNG estaba montada en la plaza de la Ciudad Universitaria y a poca distancia estaban hinchando el globo. No había nadie, pero me pareció deshonroso subir sin Fran, porque la verdad es que a mi no me hacía especial ilusión. Había montado hace décadas y no guardaba un gran recuerdo.
La misma tarde del miércoles quedamos para ir al cine (a La Cosecha) y comenté lo del globo, a los que Fran y Paula respondieron con chistes sobre que realmente había pasado por no perder el bus y que ponía por delante la comida a las experiencias, vamos, que noté lo mucho que se valoraba mi pequeño sacrificio por un amigo.
El jueves hubo charleta de Microsoft en el centro, de modo que no me acerqué por el CUVI. El viernes, nuevamente al salir de la biblioteca, para respirar un poco, me encontré con el iglú, en el que no me había fijado antes, y cuando finalmente levanté el campamento un par de horas después el globo brillaba con la cara del candidato sobre el campo de deportes. Me acerqué de camino a la parada del bus y nuevamente la zona estaba vacía, así que seguí acercándome hacia el grupo de 4 personas que estaban en las gradas. Me preguntaron si me apuntaba a subir y acepté.
De nuevo he de decir que no fue una experiencia demasiado memorable, salvo por el crujido de la barquilla al dejar de soportar su propio peso y por la racha de viento (en el día calmo que hacía) que hizo desplazarse el balón de aire arrastrando la barquilla hasta tiras de las cuerdas que la sujetaban al suelo.

De todos modos estaría encantado de repetir con algún amigo, recordando los tiempos de "nos tienen aquí para darnos la puntilla, como en el matadero" en el teleférico de Fuente De.