06 julio, 2006

Adios, viejo amigo

Desde el incidente con el virusillo este que consiguió entrar hace unos días estoy medio convenciéndome de que va siendo hora de reinstalar el sistema operativo.
El disco duro principal de vez en cuando se pone a rascar que parece una una botella de Anís El Mono.

Ayer me puse a listar todas las aplicaciones que tengo instaladas (bueno, más correctamente las que tengo instaladas y muestran un desinstalador en el panel de control) para luego elegir pacientemente las que pretendo conservar en un futuro. Hoy he seguido comenzando con la desinstalación de la mayor parte de ellas, dejando solamente aquellas de las que necesito sacar información (p.e. estoy trasladando los marcadores que tenía en el Atlas de la Encarta a Google Earth y no hay forma de hacerlo automáticamente, así que toca estar con los dos mapas y una ventana del navegador para apuntar bien) o las que puedo necesitar durante el proceso de desinstalación (grabación de CD, recuperación de datos, gestión de discos duros, ...) aparte, por supuesto, de las que necesito para ir tirando mientras esto no termina, como el StarCraft (que sería de un verano sin mineral para extraer y protos para machacar).
Al final he liberado unos miserables 4 Gb de datos y la tristeza me ha podido, así que creo que lo dejo hasta mañana, a ver si para entonces puedo machacar la Encarta (que tengo copiada al disco duro) y me doy un gustazo.

Todo esto de la desinstalación me apena, porque llevo con este Windows 2000 desde hace casi 4 años (bueno, 3 años y medio), desde la vez que instalé un gestor de arranque para poder tener varios sistemas operativos a la vez. La cosa salió rana y tocó reinstalar, así fue como llegó este gordinflón (3.37 Gb ya casi parece un XP a pelo) a casa y la verdad es que hemos vivido grandes momentos juntos.



El momento más dificil que pasamos fue cuando llegó al barrio el Windows Media Player Series 10, el cabronazo ese que no había forma de extirpar (el virus se portó bien en comparación) y que se empeñaba en reiniciar el equipo porque no era capaz de conectarse a internet para autentificar no se qué carajo. La verdad es que estuve a punto de reinstalar, pero al final, a base de paciencia y registro se consiguió sacar y volver al más inofensivo Windows Media Player 6.4.09.
A pesar del exorcismo el amigo Windows no quedó limpio, y la huella del maligno "Reproducir con el Reproductor de Windows Media" (el mensaje más estúpidamente largo que alguien pueda imaginar para un menú contextual, propio de un traductor automático) sigue anclada en el menú contextual de ciertas extensiones. Se percibe la dll responsable de que sus entradas no pululen por el registro, que sigue acechando por algó rincón.
Prometo que no cometeré el mismo error.


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