12 septiembre, 2007

Vicio de galletitas


Hace unos días pasé por delante de una terraza en la que había un cuenco lleno de galletitas saladas que alguien había dejado sin aparentemente haber probado. Me pareció un crimen y tuve el impulso de arramplar con ellas y disfrutarlas antes de que llegasen las palomas, pero pasó y quedó el vicio de volver a comer este recuerdo de la infancia.


Este mediodía, como todos los miércoles, mis padres se acercaron al supermercado a llenar el carro, y aparecieron con un bote de mis queridas galletitas redondas que llevo toda la tarde picoteando. Parece ser que mi a madre le habían entrado ganas de ellas ayer, estando mal de la tripa.


Se ve que esto de las tendencias en vicios va en los genes ... o algo peor.

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