No ha sido fácil, pero al final la vuelta a la piscina se ha saldado con algo más de kilómetro y medio recorrido.
Habrá que mejorar para la semana que viene, siempre que consiga recuperarme de las agujetas que se han apoderado de mis brazos y de la contractura en el gemelo derecho (¡Que mala es la edad!).
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