27 febrero, 2014

Una nueva forma de pedalear


Los pedales llegaron por el cumple. Los tenis con calas ya estaban de antes, gracias a Juan. Sólo quedaba juntar las ganas para dar el salto, con las posibilidades de piñarse que ello implicaba.

Hoy ha sido el día. El anclaje de las calas casi en la posición más suave que puede soportar y una pequeña ruta a por pan para probar el funcionamiento.
Una vez perdido el miedo ya pude subir a Cabral a comer con mis padres disfrutando de las nuevas sensaciones. Lo más sorprendente es lo rápido que se puede dar potencia, una vez descubres que no hay riesgo de que el pie se vaya del pedal.
Luego a probar eso de dar impulso tirando del pedal ¡Guau! Menudo subidón. Me sobran marchas por abajo. Esto hay que empezar a entrenarlo, porque hay mucho que disfrutar con el nuevo juguetito.

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