El pasado 1 de marzo el PP ganó con mayoría absoluta las elecciones al Parlamento de Galicia y el Sr. Feijoo quedó como delfín, pendiente de la destronación de Touriño.
La verdad es que no lo llevaba mal. Resignado ante la idea de que aproximadamente toda la política es igual (Touriño y nuestro alcalde Caballero han torpedeado mucho mis ideas de izquierdas) pero ayer descubrí por qué sigo teniendo ese recelo a la derecha:
Feijoo derogará la Ley de los 500 metros, como se conocía a la Ley aprobada por la anterior Xunta al poco de entrar y que impedía construir en los primeros 500 metros de costa. Ahora sinceramente espero que la crisis del ladrillo haya pegado tan fuerte que no les queden ganas de acabar con nuestra costa.
A pesar de todo creo que no lo llevo mal. Hablando con mi padre el se teme que después de las anulaciones de los parques eólicos y la apuesta por un plan estratégico del gas llegue, en unos pocos meses, el anuncio de planes para instalación de centrales nucleares. ¿Alguien da más?.
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