Estaba ayer contando a Bea una anécdota sobre algo que había pasado y entre de repente oigo a Bea: "¿Y entonces qué pasó?".
¡Menudo sobresalto! Me había quedado dormido mientras contaba la historia.
Para que luego vaya por ahí la gente quejándose de que me dice buenas noches y ya no estoy en condiciones para responder.
Comienzo a estar convencido de que tengo un don.
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