Hace pocos días que retomé la afición por la bici. Sólo hacía falta que volviera el buen tiempo y tener una de esas mañanas disponibles para una escapada.
Hoy han pasado esas dos cosas.
La vieja Mérida ya estaba puesta a punto hacía algún tiempo. Solamente hubo que hinchar las ruedas. Todo lo demás seguía como quedó a finales del verano pasado. La bici playera estaba esperando su oportunidad para empezar a rodar.
No estuvo mal. 21 minutos con 45 segundos para llegar y 23 minutos para la vuelta. Entre tanto un par de largos al Bao con marea baja y la superficie lisa como un plato. 1000 metros que me costaron como siempre que comienza la temporada de natación.
Para la próxima irá un poco mejor. Es ley de vida.
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