17 abril, 2006

Capital del desierto

Hola. Espero que hayas disfrutado la Semana Santa tanto como yo por los Madriles.

Bueno, una vez cumplidas las normalidades solamente quiero dejar constancia de que esto se seca cada vez más. El pasado verano en Madrid optaron por cortar el agua de las fuentes públicas para hacer frente a la sequía que amenazaba a casi toda España. La cosa no mejoró con la llegada del invierno y las fuentes siguieron sin agua, aunque algunas se adornaron para lucir un poco mejor ante las visitas, entre ellas la de la plaza de Colón (esa en forma de cascada que se podía recorrer por debajo escuchando el estruendo del agua y poco más) que recubrieron con una lámina de plexiglás imitando la caida del agua que a su vez cubrieron con mantas de lucecitas para dar más brillo al asunto. Pues parece que la cosa va para largo, porque a mediados de la primavera la cosa sigue igual y la verdad que no tiene visos de mejorar, sólo que ahora apenas quedan lucecitas y resulta un poco más triste, aunque al menos puedo decir que recuerdo cuando en esas fuentes caía agua.


Ahora sólo queda el misterio de cómo conseguirán llenar el río Manzanares cuando vuelva a existir después de las obras de Madrid-río que se lo han merendado, porque sí quieren tanta agua como aparece en las imágenes virtuales de las vallas habrá que hacer una presa como un mundo y pedir a los patos que recojan sus cacotas para que aquello no apeste como tantas otras partes de ese vertedero que es el regato que pasa por la capital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venga, aquí hago el comentario o.
No sé porqué protestas por lo de las fuentes, que entiendo que es un circuito cerrado de agua, pero se va perdiendeo, y no les queda otra que ahorrar agua aunque sólo sea para dar ejemplo. Además creo recordar que odiabas el estruendo de pasar por debajo de la cascada, aunque a mi me tenía un toquecillo a película de misterio que siempre me ha gustado. Lo del manzanares, espero que lo veamos, si no como para que se pueda pescar en él, sí como para que se pueda pasear. El esfuerzo de Gallardón (y todos los madrileños y los alrededores) es por algo que es deshacer la barrera que supone la M30 en la ciudad. Pensar si vale la pena lo que cuesta en dinero y molestias es algo en lo que no me voy a meter.